La hojarasca es una novela corta que escribió Gabriel García Marques antes del más importante: Cien años de soledad. Es de esta obra literaria que una compañía teatral intentó llevar a puesta en escena; digo intento porque a pesar de llevar una continuidad dentro de la historia, decidieron presentarla de manera lineal, es decir, contando el relato desde la llegada del Doctor a Macondo hasta su muerte sucia, triste y abrumadora.
Uno de los puntos a favor de la obra exhibida en el teatro Venustiano Carranza el día 16 de abril del presente año fue, sin duda, la musicalización que ambientalizaba las escenas trágicas implícitas en la puesta en escena.
Sin embargo, haciendo un recorrido dentro de las páginas de la hojarasca, nos encontramos con una historia circular y bajo la perspectiva de tres personajes: el coronel, Isabel y un niño, que gira alrededor de la muerte de un doctor recomendado por el conocidísimo Coronel Buendía.
Mientras que en la obra, el personaje principal se centra en el Doctor, de quien nadie tiene conocimiento alguno de su vida o su nombre, absolutamente nada excepto su recomendación.
A pesar de los bemoles por llevar al teatro una obra de Márquez, esta adaptación fue de mi agrado y aceptación, además que me sirvió mucho para la materia de estilos periodísticos y literarios impartida por la profesora Laura Rustrían.
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